Que sucede en el mundo?

La pastilla Roja o la pastilla Azul?





Voy a relatar una situación que viví hace dos años, cuando me mudé y compartí vivienda con un señor inglés. Por lo general, siempre asumo que todos están informados y al tanto de los eventos mundiales, y tiendo a hablar como si la otra persona ya estuviera al tanto de lo que sucede. Sin embargo, este caso fue todo lo contrario; él era uno de los más fervientes creyentes en su gobierno y en el sistema.

Durante dos años, él siempre debatía lo que yo le decía. Cuando mencionaba temas de conspiración o cuestionaba ciertas verdades, él investigaba para rebatir mis argumentos en nuestra próxima conversación. Ante tales respuestas, me encontraba sin argumentos para seguir debatiendo, o más bien, no quería continuar.

Él fue de los primeros en recibir su dosis de vacuna (3 veces), y se sintió algo molesto cuando le dije que yo no planeaba vacunarme. Aunque no lo expresó directamente, insinuaba que debería hacerlo. Yo fui firme en mi decisión de no hacerlo, y al final él desistió.

Lo curioso fue que nunca le compartí vídeos ni enlaces, solo le expresaba mis opiniones verbalmente. Sin embargo, después de dos años, él comenzó a toparse con vídeos que contradecían la retórica del sistema.

A pesar de esto, seguía defendiendo a su país y al sistema, sin retroceder aunque viera algunas inconsistencias. Tras la tercera dosis de la vacuna, que no tuvo efecto alguno, finalmente se dio cuenta de que le habían mentido, especialmente cuando su presidente se encontraba de fiesta mientras todos estábamos encerrados. A pesar de reconocer las mentiras de los medios, aún así no quería cuestionar su posición.

Un día, después de mencionarle que había visto vídeos sobre la realidad en Ucrania (sin mostrarle ninguno), él se mostró casi rendido, derrotado y acorralado.

"Lo sé, sé que me están mintiendo, pero no quiero conocer la verdad. Me asusta. Y así estamos muchos en mi país, la gran mayoría. Vivo bien, mi gobierno está haciendo bien las cosas por mí y no me quejo. No quiero saber más, me da miedo", dijo una vez más.

Le respondí: "Tiene razón y respeto su decisión. La verdad puede ser dolorosa y triste, y puede afectarnos mucho. Si me pregunta a mí, le diría que no la busque. Si está bien y es feliz así, entonces viva como lo está". Prácticamente le ofrecí la pastilla azul, y él la aceptó.

A partir de ese momento, dejé de hablar sobre esos temas y él ya no me discutía. Nuestras conversaciones se redujeron en más de un 50%, ya que esos temas solían prolongarlas.

Llegué a la conclusión de que es mejor respetar a quienes no quieren ver la realidad, no obligarlos, ya que muchos no están preparados para enfrentarla.

La única cosa es que yo ya no puedo volver a tomar la pastilla azul. Ya no puedo pretender no saber, ni dejar de buscar la verdad. Esto comienza a crear una distancia entre unos y otros, porque no somos compatibles.

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